Cuando se quiere ser agradable en sociedad es preciso resolverse a permitir que muchas cosas que sabemos nos sean enseñadas por personas que las ignoran.

¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

Aunque toda sociedad está basada en la intolerancia, todo progreso estriba en la tolerancia.

Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.

Echad los prejuicios por la puerta: volverán a entrar por la ventana.

La tolerancia es la mejor religión.

En nosotros todo lo excusamos; en los prójimos, nada; queremos vender caro y comprar barato.

Nuestros prejuicios son igualitos a nuestros relojes: nunca están de acuerdo, pero cada uno cree en el suyo.

No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia.

El respeto es mayor desde lejos.

El que quiere en esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos en la vida.

Toda tolerancia llega a ser, a la larga, un derecho adquirido.

Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano.

Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos. Pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí no nos asombramos de nada.

Sólo merece ser llamado liberal el que comprende que lo único que no se puede tolerar es la intolerancia.

Una opinión equivocada puede ser tolerada donde la razón es libre de combatirla.

No es tolerante quien no tolera la intolerancia.

Los niños han de tener mucha tolerancia con los adultos.

La peor intolerancia es la de eso que llaman razón.

Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.

Concede a tu espíritu el hábito de la duda, y a tu corazón, el de la tolerancia.

Sé flexible como un junco, no tieso como un ciprés.

Hay un límite más allá del cual la tolerancia deja de ser virtud.

Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza.

La tolerancia significa enterarse cada cual de que tiene frente a sí a alguien que es un hermano suyo, quien, con el mismo derecho que él, opina lo contrario, concibe de contraria manera la felicidad pública.

Convierte tu muro en un peldaño.

Tolerancia es esa sensación molesta de que al final el otro pudiera tener razón.

La afabilidad y la indulgencia verdadera son frutos raros de la reflexión, de la experiencia y de la razón.

No tardará en transigir con el fin quien está dispuesto a transigir con los medios.

Tolerancia significa disculpar los defectos de los demás; tacto, no reparar en ellos.

Todos estamos llenos de debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente nuestras tonterías: es ésta la primera ley de la Naturaleza.

No hay nada más raro en el mundo que una persona a la que siempre podamos tolerar.

De qué sirve una casa sino se cuenta con un planeta tolerable donde situarla.

La tolerancia es la virtud del débil.

Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.

En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad.

La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad.

Es de suma importancia tener en los trabajos tolerancia; pues la impaciencia en la contraria suerte es un mal más amargo que la muerte.

La justicia está en el infierno, en el cielo sólo la tolerancia.

Cuando hablamos del derecho a la vida, o al desarrollo, a disentir o a la diversidad, estamos hablando de la tolerancia. La tolerancia promovida, protegida y venerada asegurará la libertad. Sin ella, no podemos asegurarnos de ninguna.

Los problemas eran los mismos, queríamos paz en la tierra, amor y tolerancia entre las personas de todo el mundo. Hemos aprendido que el cambio es lento.

Para conocer bien una cosa, debes conocer sus límites. Tan sólo cuando es llevada más allá de su tolerancia puede ser vista su auténtica naturaleza.

Los diferentes, los desplazados y los refugiados son los que enriquecen todas nuestras vidas; su tolerancia e imparcialidad hacia ellos abrirá nuevos mundos para ustedes, y los hará bienvenidos donde sea que vayan.

La moderación, la tolerancia y la justicia rigen el corazón y desarman el descontento.

La civilización no consiste en exportar mucho, ni en caminar de prisa, ni en escribir con ortografía. Consiste en la dulzura de las costumbres, en el amor y en la tolerancia, en la elevación nativa de los sentimientos y de las ideas.

¿Para qué sirve la escuela si no es capaz de hacer que niños y niñas formados en medios sociales y culturales diferentes compartan el espíritu nacional, la tolerancia y la voluntad de libertad?

Quienes creemos en la libertad debemos ejercer la tolerancia como prueba de nuestra convicción.

Si somos absolutamente tolerantes, incluso con los intolerantes, y no defendemos la sociedad tolerante contra sus asaltos, los tolerantes serán aniquilados y junto con ellos la tolerancia.

La tolerancia es una actitud que tampoco puede ser excesiva. Porque si se tolera todo no se tiene conciencia de la responsabilidad. Es menester saber entender, pero al mismo tiempo imponer criterios que sean justos y adecuados.