La vida es como un espejo: si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa.

¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.

Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar.

Podemos imaginarlo todo, predecirlo todo, salvo hasta dónde podemos hundirnos.

Las nuevas opiniones siempre son sospechosas, y normalmente se rechazan, sin más razón que el hecho de no ser comunes.

Estar inactivo es el camino corto hacia la muerte, ser diligente es una forma de vida; la gente tonta está inactiva, los sabios son diligentes.

La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz.

Camina como si estuvieras besando la tierra con sus pies.

Aprender a dejar ir debe aprenderse antes de aprender a lograr. La vida debe ser tocada, no estrangulada. Hay que relajarse, dejar que suceda, lo demás se desplaza con ella.

El maestro es la síntesis justa de disposición natural y ejercicio constante.

Antes de convencer al intelecto, es imprescindible tocar y predisponer el corazón.

Se obtienen buenos resultados poniéndose siempre en el lugar del otro y pensando en lo que uno haría si hubiese sido el otro.

No es lo que te pasa lo que determina lo lejos que llegarás en la vida; es la forma de manejar lo que te pasa.

El primer paso de la sabiduría es echar la culpa a todo; el último reconciliarse con todo.

Pero el sentido oculto de la vida es que la vida no tiene ningún sentido oculto.

Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.

Es propio de las censuras acreditar las opiniones que atacan.

Considero más valiente al que conquista sus deseos, que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.

La seriedad de un adversario se desarma con la risa y la risa con la seriedad.

El gran talento procede, más que de los elementos intelectuales y de un refinamiento social superior al de los demás, de la facultad de transmitirlos, de invertirlos.

La mente lo es todo. En lo que piensas te conviertes.

Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender.

La misma dificultad de vivir puede convertirse en lo único que mantiene vivos a algunos individuos.

Es sencillo hacer que las cosas sean complicadas, pero difícil hacer que sean sencillas.

Somos como los camaleones, tomamos nuestro tono y el color de nuestro carácter moral de aquellos que están a nuestro alrededor.

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.

Nadie nos salva sino nosotros mismos. Nadie puede y nadie debe. Nosotros mismos debemos recorrer el camino.

Para cambiar la vida: comienza inmediatamente. Hazlo ostentosamente.

Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.

El límite de cualquier dolor es un dolor aún mayor.

La paz viene de dentro. No busques fuera.

La mayoría de gente escucha con la intención de responder, no con el deseo de comprender.

No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.

El mejor modo de predecir el futuro es inventarlo.

Nuestro sentido de lo maravilloso aumenta exponencialmente; cuanto mayor es el conocimiento y más profundo el misterio, más intentamos conocer y mayores enigmas acabamos por crear.

La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo.

La suerte favorece sólo a la mente preparada.

No hagamos lo que deseamos; en lugar de ello, seamos responsables de lo que somos.

Nada crea autoestima y confianza en uno mismo como la creación de uno mismo.

Todos los grandes acontecimientos tienen lugar en nuestra mente.

Eres lo que eres y que está donde está por lo que ha pasado en su mente. Cambia lo que eres y cambia en el que está cambiando lo que entra en su mente.

En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.

El amor es ciego, pero el matrimonio le restaura la vista.

No hay noche, por larga que sea, que no encuentre el día.

No hay nada que esté enteramente en nuestro poder más que nuestros pensamientos.

Sé aquello que desearías que fuese el mundo.

Cuando no se puede volver atrás, sólo hay que buscar la mejor forma de avanzar.

El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene.

Desconfía de quienes vuelven la espalda al amor, a la ambición, a la sociedad. Se vengarán de haber renunciado a ello.